Mi nombre es José Hernández Dueñas, vivo en la comunidad de Tijuana el primer año de filosofía. Hace cinco meses que llegué al juniorato y los días me han pasado muy rápido. Definitivamente el juniorato es una etapa totalmente distinta al noviciado; para mí fue un cambio drástico por las actividades, apostolados y estudios. Al principio me sentía abrumado con tanta actividad, pero poco a poco fui comprendiendo el sentido de cada una.
Así como Jesús llamó a los que él quiso, así también me llamó… para estar con él. Este tiempo de juniorato es para estar con él, tiempo de preparación, tiempo de aprender y amar.

José con niñas de la Colonia México
Los estudios me disponen para tener un mejor conocimiento de la persona y por eso es importante estudiar filosofía. Es mucho lo que he aprendido.
Los apostolados son una parte esencial en nuestra formación. A mí me encanta compartir con los jóvenes y los niños. Actualmente estoy en el grupo de jóvenes Movimiento Calasanz Tijuana, acompañando en lo que pueda. La pasión de los jóvenes me motiva y me anima a seguir. También disfruto mucho a los niños de la Escuelita de tareas y los de Catequesis: sus sonrisas y abrazos me contagian. Es poco el tiempo que llevo aquí, pero me han acogido con gran cariño.
Por otra parte, también he mirado las situaciones de algunos niños de la Escuelita, de catequesis y jóvenes del grupo: abandono, padres separados, violencia, abusos, robos, asaltos… Ver sus necesidades me motiva a seguir y a sembrar esperanza en sus corazones y a prepararme mejor.
Por eso ese tiempo de profundización es esencial para mí. Me encomiendo a sus oraciones para que Dios me siga guiando y me dé su gracia para sembrar esperanza en los corazones de las personas, para reflejar su amor y su cariño.
José Hernández Dueñas,
Junior Escolapio.